06 de març 2008

Un hombre, un voto

Cuando llega el tiempo de elecciones siempre toca oír comentarios parecidos. Que si el votar no sirve para nada, que si los políticos son todos iguales, que si no nos gusta ningún partido, que si es una democracia ficticia.

Estas quejas suelen servir para dar la justificación: yo no voto.

En mi opinión el argumento es muy endeble. Normalmente no hay que esperar mucho para poder votar y los colegios electorales están cerca de casa y pillan de camino de cualquier parte. Votar es un gesto tan molesto como puede resultar tirar las botellas en el contenedor de vidrio más próximo. En realidad es un acto similar. Tienes que desplazarte unos metros más de lo normal para realizar un acto que crees no servirá de mucho. Mientras reciclas un quinto de cerveza en cualquier parte del mundo hay dos docenas de retrasados tirando un plástico de six-pack al mar.

Lo que verdaderamente aleja al votante de las urnas es el miedo a equivocarse. Y este miedo tiene diversas caras.

Por un lado, el miedo a votar al que pierda. Como si no se pudiera apostar por un caballo perdedor. A mucha gente le molestaría que ganara las elecciones alguien distinto al que ellos han votado. Y les hace pensar que su voto ha sido inútil.

Y por otro, el miedo a votar al que gane. Porque a buen seguro que será un político mediocre, que suba al burro del poder a todos los amigos que le encumbraron en el puesto. Nos aterroriza pensar que el que gane lo haya hecho con nuestros votos.

Hay otros que parece como si hubiera que estudiarse los programas de los políticos para votar y consideran que mejor no votan, por cuanto no están capacitados para tomar una decisión.

Creo que hay que asumir los errores, en la vida hay que tomar decisiones constantemente. Y la mayoría de las veces son más importantes que estas. La decisión de no votar no siempre es una decisión en sí, sino el optar por no tomar ninguna decisión.

-El voto nulo, como el voto en blanco, es una solución para los que teman equivocarse. Más interesante desde luego el primero que el segundo. La forma más común de voto nulo es introducir dos papeletas dentro del sobre. Pero hay muchas más. Desde aquí hago una llamada a ideas creativas para realizar votos nulos. Algunas que se me ocurren son:

-El voto múltiple. En un sobre se mete media docena de papeletas, de distintos partidos políticos.

-El voto retro. Se usa una lista de elecciones anteriores. Exige disciplina por cuanto hay que almacenar las papeletas por lo menos cuatro años.

-El voto secreto. Se introduce una papeleta y se cierra el sobre con grapas, de tal forma que sea imposible abrir el sobre sin romper la papeleta. Es una especie de voto no-nulo-autorreferente que haría las delicias de los lógicos.

-El voto 2.0. Se rellena el sobre con una tarjeta que tenga un link a una página de Internet. Hay una probabilidad entre cien de que algún miembro de la mesa visite esa página y de hacerlo, si tenemos publicidad en nuestra página, hay otra probabilidad entre cien de que clickee en algún anuncio.

-El voto collage. Se recortan diversas papeletas y se pegan formando una sola. Si eres bueno con las artes plásticas podrías llegar a formar una que diera el pego. Si eres un cutre, por lo menos conseguirás que los miembros de la mesa se pringuen las manos de pegamento.

-El voto útil. Incluimos en el sobre una lista de teléfonos prácticos, como cerrajeros 24 horas.

-El voto ruso. Se incluyen dentro del sobre sucesivos sobres más pequeños, hasta que en el último se encuentra una papeleta en miniatura con las iniciales del candidatos votado: M.R. ó Z.P. u otros.

-El voto Ebay. En lugar de un voto se incluye un billete de cinco euros en el que habremos escrito un texto cualquiera, a ser posible reivindicativo. Por ejemplo "Voto por un mundo mejor" o "Un conservador es un hombre demasiado cobarde para luchar y demasiado gordo para huir".
Con un poco de suerte el billete sale en las noticias y adquiere notoriedad. Políticos de todo el mundo muestran su interés por él, como símbolo de la democracia. Y entonces, es subastado en Ebay. En ese momento, con un detalle de genios aprovechamos para sacar réplicas exactas de ese mismo billete, que no serían copias sino originales al ser hechos por nosotros mismos. Inundamos Ebay con billetes de 5 euros autografiados, devaluando la moneda hasta el punto de que los billetes de 5 euros pasen a costar 4 euros o incluso menos.

-El voto a la enmienda. Se vota por cualquier partido político, pero con tachaduras en la lista, por ejemplo, no tiene por qué gustarnos el candidato nº6 de Izquierda Unida en Cuenca. Pues lo tachamos.

-El voto inmobiliario. Escribimos por detrás de nuestra papeleta un anuncio de venta de inmueble. Aumentamos el target de posibles clientes.

-El voto infantil. Escribimos de puño y letra la papeleta en una hoja de papel. Los artistas, que lo hagan imitando el original. Los manazas, que dejen a sus hijos hacerlo.

-El voto noble. Perdemos unas horas de escaneo y ordenador e imprimimos el voto exactamente igual que uno original, solo que con papel de máxima calidad.
Un hombre un voto. Otro montaje, solo que esta vez cambiamos todos los nombres de la lista por el nuestro repetido tantas veces como sea necesario. Mejor si usamos el nombre de un vecino, de esos cabronazos que no tiran el vidrio al contenedor adecuado.

Hay tantas posibilidades como votantes.

Llegit a Pons Asinorum, vía Menéame.

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Jajajajaja!!!! No sé com troves aquests blogs carles!! .. pero aquest escrit és boníssim!!!!!!

Salut!

Nuvi ha dit...

Tenint massa temps lliure?